Quítate el vestido

vestido-rojo-corto-(Aquest escrit és un exercici realitzat en el curs “Aprendre dels millors”, impartit per l’Esteve Soler a l’Obrador de la Sala Beckett. Es tracta de fer un escrit imitant l’estil dramatúrgic de Harold Pinter i, partint de la lletra de la cançó “Què volen aquesta gent?”, de la Maria del Mar Bonet. No es tractava de passar a teatre la lletra de la cançó, sinó la de plantejar-nos què hauria pogut fer Pinter amb aquesta lletra tenint en compte el seu estil i la seva manera de plantejar els temes. Espero que em perdoneu la profanació, lingüística fins i tot).

Salón de una casa. Aparenta cierto lujo. Sofá. Mesa. Muebles de calidad. Un gran ventanal.

Ella, de unos 70 años, está mirando a través de la ventana. Lleva puesto un vestido de noche, de color rojo intenso, atrevido. Él, pocos años mayor que ella, viste uniforme militar de gala. Le mira desde el sofá.

Se oye ruido de la multitud a través de la ventana. Parecen enfurecidos.

Él: Mírate en el espejo.

Ella: Qué temperatura más agradable.

Él: Mírate en el espejo.

Ella: No soporto el frío. Ya lo sabes. Ni el alboroto. No lo aguanto. El espejo… ¿No te parezco atractiva? Siempre el espejo… ¿Y cuando me voy a mirar al espejo? Con este frío y la gente por la calle alborotando. No te parezco atractiva. Ya no te parezco atractiva.

Él: Nunca me has parecido atractiva. ¿No te lo había dicho antes? Pues no, no me pareces atractiva. Nunca me lo has parecido… no. Nunca.

Silencio

Ella: Ya no te parezco atractiva.

Él: No, no. Yo no he dicho eso. Digo que nunca has sido atractiva.

Ella: Has dicho que nunca te he parecido, no que nunca lo haya sido.

Él: Pues te lo digo ahora: nunca has sido atractiva… Y ahora menos.

Pausa

Ella: Eres muy desagradable. ¿Sabes? Muy desagradable. Y cuando me mirabas… Cuando me mirabas… Aquellas noches… ¿Tampoco era atractiva?

Él: Hace mucho tiempo. Ya no me acuerdo de eso.

Ella: Entonces no puedes recordar tampoco si era atractiva o no.

Él: Eso sí lo recuerdo. No eras atractiva.

Pausa

Ella: Me das asco.

Pausa

Él: El vestido que te has puesto… Este vestido… ¿No te parece una chiquillada? Ya no tenemos 20 años. ¿Qué van a pensar de ti? Cuando esten aquí los invitados quiero que te hayas cambiado el vestido.

Ella: Tan finos para unas cosas, y tan pocos escrúpulos para otras. Sois una panda de viejos resentidos. Sin clase.

Él: Quítate el vestido o te lo quitaré yo. ¿Te gustaría que te lo quitara? ¿Quieres que te lo quite? ¿Te lo arranco? ¿Te lo tiro por la ventana? Antes lo hacía, ¿recuerdas?

Ella: Siempre has sido un cabronazo.

Él: Abro la puerta, te empujo, te arranco el vestido y lo tiro por la ventana. Y hueles mal. Hueles a miedo. Hueles a mierda. Desde el suelo hueles a mierda. Como aquellos cobardes que se cagaban encima antes de volar por los aires, con sus pamfletos y sus tonterías. Como esos que gritan ahora en la calle.

Ella: Claro que lo recuerdo. Y los invitados van a pensar lo que les de la gana, como siempre. Y a mi lo que opinen los invitados me trae sin cuidado. Así que vas a tener que arrancarme el vestido. Vas a arrancarme el vestido y me voy a quedar aquí, y cuando vengan los invitados aquí estaré, desnuda, decrépita, arrugada, en el suelo, oliendo a mierda, como cuando lanzabas vestidos por las ventanas. Y libros.

Silencio

Ella: ¿Qué sentías?

Él: ¿Cómo?

Ella: ¿Que qué sentías?

Él: ¿Cuando?

Ella: Ya sabes.

Él: ¿Ya sé?

Ella: Eres menos imbécil de lo que estás pareciendo ahora.

Pausa

Él: ¿Por qué me preguntas qué sentía?

Ella: ¿Bailamos?

Ella se dirije hacia Él. Le levanta del sofá. Bailan unos pasos. Él le suelta.

Él: ¿Por qué me lo preguntas? ¿Te vas a quitar el vestido?

Ella: ¿Te parece demasiado escotado?

Él: No se siente nada tirando un vestido por la ventana. Y aún menos aquellos vestidos de mierda.

Ella: Mis pechos ya no estan para esos escotes. ¿Es eso lo que quieres decir?

Él: No se siente nada.

Ella: Ya no estan para escotes.

Silencio

Ella: ¿Cómo puedes decir que no sientes nada tirando un vestido por la ventana?

Él: Sobraban los vestidos.

Ella: ¿Cómo puedes decirlo?

Él: Mira, te voy a arrancar el vestido, lo voy a tirar por la ventana, le va a caer encima a uno de esos apestosos y van a venir los invitados, si es que sobreviven a esos de ahí abajo. Y te van a ver así de patética. Mírate en el espejo.

Suena el timbre. Él y ella se miran fijamente

Él: Quítate el vestido.

Silencio

Él: Te lo quitaré y lo lanzaré por la ventana.

Ella: Como cuando volaban por los aires.

Vuelve a sonar el timbre